Lejos de la sonada pelea por la “piratería”, el derecho de autor tiene otras luchas menos llamativas pero igual de peligrosas: discutir si una obra está o no en el dominio público. Las polémicas incluyen desde el uso de la ultra famosa “Happy Birthday To You” a las obras de Gabriela Mistral.

“Happy Birthday To You” es la canción más popular de la lengua inglesa según el libro Guinness de récords. Nada de mal negocio si reclamas los derechos de la canción y cobras mil quinientos dólares por su uso en una sola escena de una película. Tampoco es que los derechos de autor se vayan a los autores o sus herederos: todo el dinero va a Warner/Chappell Music, los titulares de los derechos.

¿Pero cómo es que una melodía creada en 1893 aún tenga derechos de autor vigentes? El gigante Warner/Chappell Music dice que sí; la productora Good Morning To You Productions, que elabora un documental sobre la canción, dice que no. Y en este juego de interpretaciones, se interpuso una demanda que busca que la canción sea reconocida como dominio público.

Los trucos de Hollywood para celebrar cumpleaños sin cantar “Happy Birthday To You” y, por tanto, no pagar derechos.

La acción judicial argumenta que si Warner/Chappell es dueña de algún derecho, solo es sobre un arreglo en piano de muy limitada difusión, publicado en 1935, y no de la canción misma. Por cierto, el juicio aún está en trámite y, hasta que no haya novedad en el frente, si nuestros amigos estadounidenses quieren cantar “Happy Birthday To You” en un lugar público-  y a menos que haya un uso justo que los proteja –  debiesen pagarle a Warner/Chappell Music.

Donde sí hay humo blanco es en el caso de los libros de Sherlock Holmes del autor Arthur Conan Doyle. Después de una batalla judicial, un juez federal estadounidense determinó que las cincuenta primeras obras publicadas antes de 1923 pertenecen al  dominio público en Estados Unidos.

El caso había sido muy polémico luego de que la editorial, Pegasus Books, se negara a publicar «The New Annotated Sherlock Holmes», en el que diversos autores se inspiraban en los relatos del detective para crear nuevas historias, debido a que Conan Doyle Estate – entidad que maneja los derechos del fallecido escritor –  exigió una cuota de licencia, amenazando con asegurarse de que las grandes distribuidoras (Amazon, Barnes & Noble y similares) no vendieran el libro en caso contrario.

Las polémicas interpretaciones de si una obra está o no en dominio público también están presentes en el ámbito local.

Gabriela Mistral murió el 10 de enero de 1957. En esa fecha, la duración de los derechos de autor eran toda la vida del autor más 50 años después de su muerte. Por ende, la certeza era que en el 2007 la obra de Gabriela Mistral pasaría al dominio público y todos y todas en Chile podríamos gozar de ella sin necesidad de pedir permisos a los titulares. Pero en 1970 se decide disminuir el plazo de derecho de autor a toda la vida del autor más 30 años. Así, una de las escritoras más reconocidas que ha dado este país, pasó al dominio público el 11 de enero de 1987.

Mural en cerámina de Fernando Daza, ubicado en las faldas del costado sur del Cerro Santa Lucía, 1971.Creative Commons Attribution 2.0 Generic license: http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/

Mural en cerámina de Fernando Daza, ubicado en las faldas del costado sur del Cerro Santa Lucía, 1971.Creative Commons Attribution 2.0 Generic license: http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/

La historia se enrarece cuando algunas interpretaciones legales -a nuestro criterio, equivocadamente- apelan a que Chile adhirió al Convenio de Berna en 1975, que establece que la protección que entrega el Convenio se extenderá “durante la vida del autor y cincuenta años después de su muerte”. Esto haría que aún en el 2003, cuando Chile aumentó el plazo de protección a 70 años, Gabriela Mistral todavía no estaba en el dominio público y, por tanto, con ese último incremento de los plazos de protección, Mistral solo pasaría al dominio público recién el 11 de enero del 2027.

Pero claro, las interpretaciones legales dan para todo, sobre todo cuando un negocio lucrativo es el que debe defenderse.

En un contexto donde el derecho de autor gana cada día más terreno por sobre el patrimonio cultural común, son en estas “otras” batallas del copyright, quizás menos llamativas que las de la “piratería”, tal vez marginadas de toda discusión en la opinión pública, donde se juega parte importante del acceso a la cultura de naciones enteras. ¿Será que algún día le daremos la importancia necesaria?

Y a modo de aclaración final: la obra de Gabriela Mistral está en el dominio público. Úsela, transfórmela, compártala.

Compartir